Así lo afirma un grupo de científicos norteamericanos, especializados en el estudio del comportamiento animal. Coinciden en que más de la mitad de los nacimientos no son hijos del mismo padre
Según explican los investigadores, para los animales monogamia social no significa monogamia sexual. Los análisis de ADN que realizaron a pequeños pájaros, ratas, monos y zorros arrojaron como resultado que entre el 10% y el 70% de los nuevos nacimientos no son hijos del mismo padre, informó ABC.es.Los científicos, pertenecientes a la Universidad Adam Mickiewicz y a la Universidad de Bohemia del Sur, publicaron su trabajo en la revista especializada Comportamiento Animal. Allí, afirman que existe una mezcla entre galantería y prostitución entre los animales. Es que, según explican, algunos machos ofrecen regalos a las hembras para conquistarlas, e incluso dan presentes más grandes a otras para convertirlas en sus amantes, aunque sean esporádicas.Un ejemplo claro se da en los macacos, entre quienes la acción de limpiar de parásitos la piel de un compañero se traduce en una compensación sexual posterior. Esto fue comprobado en el 89% de los casos estudiados por Michael D. Gumbert, del Instituto Hiram.Sin embargo, no todo es promiscuidad en el mundo animal. Algunas especies no sólo son monogámicas sino también muy celosas. Por ejemplo, tanto el macho como la hembra de salamandra de espalda roja vigila de cerca de su pareja e incluso, si son traicionados, la castigan con amenazas, pellizcos, mordiscos o, simplemente, con la indiferencia.
Según explican los investigadores, para los animales monogamia social no significa monogamia sexual. Los análisis de ADN que realizaron a pequeños pájaros, ratas, monos y zorros arrojaron como resultado que entre el 10% y el 70% de los nuevos nacimientos no son hijos del mismo padre, informó ABC.es.Los científicos, pertenecientes a la Universidad Adam Mickiewicz y a la Universidad de Bohemia del Sur, publicaron su trabajo en la revista especializada Comportamiento Animal. Allí, afirman que existe una mezcla entre galantería y prostitución entre los animales. Es que, según explican, algunos machos ofrecen regalos a las hembras para conquistarlas, e incluso dan presentes más grandes a otras para convertirlas en sus amantes, aunque sean esporádicas.Un ejemplo claro se da en los macacos, entre quienes la acción de limpiar de parásitos la piel de un compañero se traduce en una compensación sexual posterior. Esto fue comprobado en el 89% de los casos estudiados por Michael D. Gumbert, del Instituto Hiram.Sin embargo, no todo es promiscuidad en el mundo animal. Algunas especies no sólo son monogámicas sino también muy celosas. Por ejemplo, tanto el macho como la hembra de salamandra de espalda roja vigila de cerca de su pareja e incluso, si son traicionados, la castigan con amenazas, pellizcos, mordiscos o, simplemente, con la indiferencia.
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