Según una investigación periodística, en París esta es una práctica cada vez más común. Los propietarios se aprovechan de la crisis habitacional que sufre el país
El informe fue realizado por una periodista del diario francés Liberation. Bajo el poco decoroso título de "Loue studette contre pipe" ("Alquilo monoambiente a cambio de sexo oral"), Ondine Millot escribió su artículo basado en una investigación de seis meses de los movimientos de los propietarios de inmuebles parisinos, informó el diario Ámbito Financiero.Los avisos clasificados no consignan la palabra "sexo" sino que hablan de un "alquiler contra servicios". Esto se debe a que la legislación francesa no permite los pagos de este tipo, a diferencia de, por ejemplo, la suiza.Algunos casosDurante su trabajo de investigación, la periodista se encontró con hombres de todo tipo. Entre ellos se destaca a un empresario de 47 años, que se hacía llamar Antoine. Su propuesta de alquiler, en la que aclara que la interesada debía ser "joven y bonita", aparecía en el sitio de internet Missive. Por un pequeño ambiente, el hombre sólo pedía sexo la cantidad de veces que él lo desease durante la vigencia del contrato, "basado en la confianza". Además Antoine pide que, cada tanto, quiere verla orinar en el toilette.Millot también se contactó con un hombre árabe que ofrecía un monoambiente cerca de la estación Saint-Lazare por 450 euros más dos fines de semana de sexo por mes. Por su parte, un tímido cineasta independiente de 32 años pedía por un departamento de dos ambientes en el distrito 15 poder lamer las botas de la inquilina mientras ésta cenaba, unas noches a la semana.Un hombre mayor, empresario y casado, encontró en este tipo de contrato una manera de no pagar prostitutas ni tener amantes para encontrar comprensión y mantenerse, según sus palabras, "fiel a su esposa".
El informe fue realizado por una periodista del diario francés Liberation. Bajo el poco decoroso título de "Loue studette contre pipe" ("Alquilo monoambiente a cambio de sexo oral"), Ondine Millot escribió su artículo basado en una investigación de seis meses de los movimientos de los propietarios de inmuebles parisinos, informó el diario Ámbito Financiero.Los avisos clasificados no consignan la palabra "sexo" sino que hablan de un "alquiler contra servicios". Esto se debe a que la legislación francesa no permite los pagos de este tipo, a diferencia de, por ejemplo, la suiza.Algunos casosDurante su trabajo de investigación, la periodista se encontró con hombres de todo tipo. Entre ellos se destaca a un empresario de 47 años, que se hacía llamar Antoine. Su propuesta de alquiler, en la que aclara que la interesada debía ser "joven y bonita", aparecía en el sitio de internet Missive. Por un pequeño ambiente, el hombre sólo pedía sexo la cantidad de veces que él lo desease durante la vigencia del contrato, "basado en la confianza". Además Antoine pide que, cada tanto, quiere verla orinar en el toilette.Millot también se contactó con un hombre árabe que ofrecía un monoambiente cerca de la estación Saint-Lazare por 450 euros más dos fines de semana de sexo por mes. Por su parte, un tímido cineasta independiente de 32 años pedía por un departamento de dos ambientes en el distrito 15 poder lamer las botas de la inquilina mientras ésta cenaba, unas noches a la semana.Un hombre mayor, empresario y casado, encontró en este tipo de contrato una manera de no pagar prostitutas ni tener amantes para encontrar comprensión y mantenerse, según sus palabras, "fiel a su esposa".
Comentarios
Obviamente es todo un tramite, solo trabajo, y duro duro ehh.. Amorcito que te parece? :P
Kuaakk!